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32 Hoy mismo los invasores asirios
se detienen en Nob;
dan la señal de atacar el monte Sión,
la ciudad de Jerusalén

33 »¡Miren a los asirios!
¡Son como árboles en un bosque!
El Dios todopoderoso
los derriba con una fuerza terrible;
a los más altos los corta,
y los tira al suelo.
34 ¡Dios derriba de un solo golpe
los árboles más bellos del Líbano!

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